¿Cómo se sabe la edad de un árbol?

La mayoría de los árboles comienzan su vida como una semilla y continuarán creciendo mientras vivan, algunos durante cientos o incluso miles de años. La historia de un árbol, su edad, además de los eventos que le ocurrieron a medida que crecía, todo puede ser revelado por el estudio de su tronco después de que es cortado.

A un árbol le crece una nueva capa exterior de madera cada año. Estas capas aparecen como anillos en la sección transversal del tronco, llamados anillos anuales. Cada anillo representa un año en la vida de un árbol. Por lo tanto, contando los anillos nos dará la edad un árbol.

Pero esta misma sección revela mucho más. Por ejemplo, anillos estrechos en el centro del tronco, nos dicen que cuando el árbol era joven, probablemente otros árboles de mayor tamaño le hacían sombra y utilizaban gran parte del agua disponible.

Pequeñas muescas en forma de "V" en un anillo significan que durante ese año en particular de la vida del  árbol, una rama brotó de ese lugar.

Secciones más anchas y más estrechas de un mismo anillo nos dicen que el árbol estaba inclinado en una cierta dirección (la dirección de la parte más ancha), lo que hacía que las células de ese lado del tronco fabricarán más madera para evitar que el árbol se cayera.

Mientras el árbol se hace más viejo, sus anillos se vuelven más anchos, lo que indica que algunos de los árboles circundantes fueron cortados o murieron, dándole al árbol mayor cantidad de luz solar y humedad. Además, la cantidad de lluvia de cada año se puede determinar de esta manera también, un anillo más amplio es indicativo de lluvias copiosas, un anillo más estrecho, de lluvias escasas.

Algunas cicatrices también pueden ser halladas en los anillos del árbol. Cuentan la historia de un incendio u otros daños naturales o de origen humano en el árbol.

Una variedad de álamo, que crece sólo en la Zona del Canal de Panamá, ¡tiene un tronco cuadrado y anillos cuadrados también!

¿Por qué las hojas cambian de color en el otoño?

Las hojas son como pequeñas "fábricas" que hacen alimentos para ayudar a que crezca la planta. En la primavera y el verano, estas fábricas funcionan a una gran velocidad, tomando el dióxido de carbono del aire y el agua de sus raíces.

Es la luz del sol que hace que la fábrica entre en movimiento. Pero una hoja no puede iniciar su proceso de fabricación sin una sustancia química ya presente en sus células. Esa sustancia es la clorofila, que también da a las hojas su característico color verde.

Hay otros colores presentes en la mayoría de las hojas (rojo, naranja, amarillo, violeta), pero son ocultados por el verde predominante de la clorofila.

Cuando llega el otoño con su clima frío, las venas de las hojas, que una vez llevaban agua a las mismas, se bloquean. Esto hace que la clorofila se descomponga y detenga su función de mantener el verde de las hojas. Es entonces que los rojos, naranjas, amarillos y morados aparecen.

El color que cada árbol adquiere en otoño depende del pigmento oculto presente en las hojas: la xantofila, para el amarillo; el caroteno, para el naranja, y la antocianina, para el rojo y morado.

¿Es el tomate una fruta o un vegetal?

A pesar de que usamos los tomates como vegetales, en realidad son clasificados por los botánicos como frutos porque contienen semillas dentro de su pulpa jugosa. De hecho, el tomate es considerado una baya, al igual que la fresa, la zarzamora y la frambuesa.

Además de los tomates, otros alimentos a los que usualmente les decimos verduras en realidad son frutos. Estos incluyen habichuelas, calabazas, berenjenas, pimientos y pepinos.

Aunque el tomate se cultivó por primera vez por los nativos en América Central, no llegó a América del Norte sino después de viajar a Europa, y ser llevado a Virginia por los colonos.