¿Cómo se desaliniza el agua de mar?

El mundo afronta una creciente demanda de agua. En zonas de lluvias escasas, como el cercano Oriente, el suministro natural de agua es insuficiente. Una respuesta a ello consiste en desalinizar el agua de mar.

Desde el siglo IV a.C. se conoció un método para ello, cuano Aristóteles decubrió que al hervir el agua de mar, el vapor quedaba libre de sal.

La planta de desalinización más sencilla es un alambique donde se hierve agua y se condensa vapor. Puede improvisarse un alambique solar colocando un domo de vidrio sobre un estanque de agua salada. el agua se calienta, luego se evapora, se condensa en el vidrio y finalmente escurre hacia canales de recolección. Un alambique de poco menos de 1 m² puede producir de 4 a 5 litros de agua potable al día.

Para desalinizar cantidades aprovechables de agua se requiere un alambique mucho mayor. El agua se calienta primero por encima de su punto de ebullición, en una cámara apresión, para que no hierva. Entonces fluye hacia una cámara de menor presión, donde una parte del agua se convierte instantáneamente en vapor. El vapor se condensa al contacto con los tubos que suministran agua de mar fría. el agua que no hirvió en la primera cámara pasa a la segunda, de presión ligeramente inferior, donde se evapora parcialmente y se condensa.

Un método moderno de desalinización, llamado de ósmosis inversa, resulta más redituable que el descrito. Consiste en usar membranas de plástico con perforaciones diminutas, que dejan pasar las moléculas de agua pero no las de sal. Las membranas se colocan en tubos, y el agua salada se hace pasar por ellas, bombeándola a presión. Entonces el agua desalinizada gotea hacia fuera del tubo.

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¿Todos los caminos conducen a Roma?

La respuesta es sí, o por lo menos así era en la época del Imperio romano. El intrincado sistema de comunicaciones terrestres construido por los romanos se extendía desde África oriental a los bosques de Germania, desde la península Ibérica hasta el Cáucaso y desde Inglaterra al Golfo Pérsico. Cerca de 400 vías, con más de 70.000 kilómetros de longitud, unían Roma con las zonas más recónditas de su Imperio.
Los romanos construyeron esta red de caminos principalmente por razones militares y administrativas. En muchos casos, fueron las propias legiones las que trazaron el mapa de las calzadas. Éstas tomaron su nombre de la función que desarrollaban -La Vía Salaria estaba relacionada con el transporte de la sal-, de los lugares de destino -La Vía Tiburtina moría en Tibur o Tívoli- y de sus constructores -la Vía Apia fue encargada por Apio Claudio el Ciego-.

MUY

¿Cómo despega un avión de un portaaviones?

A pesar de que los portaaviones son enormes barcos militares, que cumplen la función de aeropuertos flotantes, su pista no es lo suficientemente extensa para que un avión despegue con normalidad. Se necesita de una ayuda 'extra'.

Es gracias a las catapultas de vapor, que pueden despegar de un portaaviones las sofisticadas aeronaves modernas.

Ya en operación, la aeronave se coloca en posición y se conecta por la popa a un punto fuerte de la cubierta, mediante un retenedor o lazo de alambre que tiene una sección débil en el centro.

Un poste cercano a la rueda delantera del tren de aterrizaje baja para encajar en una especie de lanzadera que une el avión a la catapulta con un mecanismo de gancho.

Delante de la aeronave, pero bajo cubierta, hay dos cilindros paralelos, no menores de 45 metros de largo, que alojan sendos pistones fijos a la lanzadera. Las calderas del barco proveen el vapor que llega a los cilindros pasando por un acumulador de presión, la cual varía según el peso de los aviones que se lanzan.

Al dispararse la catapulta, la fuerza combinada de los motores y el vapor a presión rompe la sección débil y el aparato sale despedido, alcanzando unos 250 km por hora en un tramo de 45 metros.

Al final del lanzamiento el avión se suelta de la lanzadera. Las sondas del frente de los pistones van a parar a un recipiente de agua, donde quedan sumergidas en reposo. La lanzadera vuelve a colocarse en posición para el siguiente lanzamiento: los portaaviones pueden lanzar con catapulta un avión cada dos minutos; los portaaviones estadounidenses de 4 catapultas pueden lanzar una aeronave cada 30 segundos.

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