«Allí donde terminan las palabras, empieza la musica», ha dicho un celebre compositor. Sin embargo, no es del todo cierto, pues hay poesías que contienen una musicalidad tan patente que parecen una partitura en la que las palabras serían las notas, los versos los acordes y la rima el compás; he aquí un ejemplo de como un poeta ha logrado apresar en sus versos la imagen de un desfile militar valiéndose del sonido y del ritmo; se trata del gran poeta nicaragüense Rubén Darío, y su poesía, muy conocida, se llama Marcha triunfal:
¡Ya viene el cortejo!
¡Ya se oyen los claros clarines!
¡La espada se anuncia con vivo reflejo;
ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines!
Ya pasa debajo los arcos ornados de blancas Minervas y Martes,
los arcos triunfales en donde las Famas erigen sus largas trompetas,
la gloria solemne de los estandartes
llevados por manos robustas de heroicos atletas.
Se escucha el ruido que forman las armas de los caballeros,
los frenos que mascan los fuertes caballos de guerra,
los cascos que hieren la tierra,
y los timbaleros,
que el paso acompasan con ritmos marciales.
¡Tal pasan los fieros guerreros
debajo los arcos triunfales!
Los claros clarines de pronto levantan sus sones,
su canto sonoro,
su cálido coro,
que envuelve en un trueno de oro
la augusta soberbia de los pabellones.
Él dice la lucha, la herida venganza,
las ásperas crines,
los rudos penachos, la pica, la lanza,
la sangre que riega de heroicos carmines
la tierra;
los negros mastines
que azuza la muerte que rige la guerra.
No todas las poesías de Rubén Darío tienen la fuerza y el vigor de esta Marcha triunfal. Compuso también versos de una delicada intimidad, pues este gran poeta asimiló todas las corrientes literarias de su tiempo -el simbolismo, el parnasianismo, el romanticismo, el realismo- y las fundió en una sola, superando muchas de ellas y llegando a crear un movimiento poético —el modernismo —, que tendría como base la espiritualidad y la toma de conciencia de los problemas americanos y españoles. Darío fue, además, un innovador del lenguaje poético, al que doto de colorido y sonoridad.
Rubén Darío nació en Metapa (Nicaragua) en 1867. Fue el creador del modernismo. Entre sus obras destacan Azul, Prosas profanas, El canto errante y Cantos de vida y esperanza. Murió en León de Nicaragua en 1916.