Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
Más vale la pena en el rostro que la mancha en el corazón.
Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.
La ingratitud es hija de la soberbia.
La pluma es la lengua del alma.
Al bien hacer jamás le falta premio.
El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.
Más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo.
Cada uno es como Dios le hizo, y aún peor muchas veces.
Un padre para cien hijos, antes que cien hijos para un padre.
Amistades que son ciertas nadie las puede turbar.