Se cataloga como ultrasonido a las ondas sonoras cuya frecuencia está por arriba de los 20 mil hertz, y por lo tanto no son captadas por el oído humano.
El ultrasonido se utiliza como una importante herramienta de diagnóstico en medicina: los ginecólogos, por ejemplo, pueden saber, mediante ondas ultrasónicas, el grado de desarrollo, la posición y el estado de salud de un feto dentro de la madre. Tanto los murciélagos como los delfines emiten y perciben ondas ultrasónicas para comunicarse con sus compañeros y localizar obstáculos gracias a un sistema de sonar.