La alta cualificación que adquiere el ingeniero agrónomo, particularmente en biología, lo capacita para ocupar cargos técnicos y administrativos en las grandes explotaciones agrícolas.
El ingeniero agrónomo, a menos que dirija su propia explotación, solo puede encontrar trabajo en una gran empresa agrícola, en un centro de investigación o en una dependencia del Ministerio de Agricultura. Se trata de una profesión muy prometedora. La evolución de la agricultura lleva a una selección de la mano de obra y a un aumento del número de ingenieros y técnicos. Su intervención ha permitido cultivar nuevas tierras, mejorar los procedimientos de cultivo, seleccionar nuevas especies de plantas y animales, y duplicar los rendimientos, sobre todo en los países subdesarrollados. Al igual que el industrial, el ingeniero agrónomo no limita su actividad a la producción, sino que también organiza, coordina, dirige y se especializa.