A veces corre tanta agua en el cauce de un río, que no puede contenerse dentro de sus límites naturales y se desborda, anegando las tierras vecinas. A esto se le llama inundación.
Las inundaciones causan muchos daños. Las aguas arrastran consigo casas, puentes y animales. Mucha gente puede ahogarse, las cosechas se pierden y las aguas se llevan la tierra buena.
Las inundaciones a lo largo de los ríos casi siempre ocurren a principios de la primavera, después de algunos días calurosos. El agua de los deshielos corre por los ríos en cantidades mayores de las que estos pueden contener. Las inundaciones también pueden producirse después de varios días de lluvia pertinaz.
A veces ocurren inundaciones repentinas después de una lluvia torrencial. Generalmente, el servicio meteorológico puede advertir a los habitantes de una región para que se preparen contra las inundaciones, pero no puede prever las repentinas.
La tala de los bosques favorece los desbordamientos de los ríos. El agua corre más rápidamente, formando arroyos en las pendientes desnudas, que en las pendientes cubiertas de árboles.
También el mar, a veces, "crece" e invade la tierra, inundándola. Una gran tormenta o un sismo submarino pueden levantar las aguas y hacerlas cubrir una extensión considerable de tierra. Otra causa de las inundaciones es la ruptura de los diques que se encuentran a lo largo de las costas.