La manzana


   La manzana es la reina de las frutas de tierra templada. Los manzanos necesitan para prosperar un clima con inviernos en que la temperatura baje a menos de seis grados C. para procurarles un descanso invernal; raramente dejan de crecer si se dan estas condiciones. Algunas variedades pueden resistir temperaturas hasta de 35 grados C. bajo cero, frío que muy pocos frutales de otras clases pueden tolerar.
   En Europa se encuentran huertas de manzanos desde Escandinavia hasta las regiones montañosas de España. En Asia se extienden desde Siberia y el Japón a la India, y de allí, a través del Pacífico, siguen hacia Australia y Nueva Zelanda. En el Nuevo Mundo, los E.U.A. producen anualmente un volumen total de esta fruta equivalente a unas 120 manzanas por habitante. En la América del Sur, Chile y Argentina son los países manzaneros por excelencia. También se cultivan algunas variedades en las altas y frías mesetas del trópico, como ocurre en Costa Rica, Colombia y Ecuador.
   La manzana es uno de los primeros frutos utilizados por el hombre primitivo. Probablemente tuvo su origen en la región que se extiende entre los mares Negro y Caspio. Los habitantes de las poblaciones lacustres de la edad de piedra en Europa contaban la manzana entre sus alimentos, pues se han encontrado semillas del fruto en esos lugares.  El cultivo del manzano era conocido de los antiguos griegos, y el mito de la "Manzana de Oro" indica la popularidad de esta fruta maravillosa.
   En la época de la floración, las huertas de manzanos ofrecen un lujurioso espectáculo de color y perfume que ha inspirado muchas canciones y poesías. En las huertas, los arboles se plantan de 10 a 14 metros. de distancia entre si, a fin de dejar espacio para la expansión de las ramas, pero raramente se permite que alcancen mas de ocho metros. de altura. El fruto varía en tamaño, color, textura y aroma.