El enfermero de ambulancia conduce automóviles especialmente equipados para el traslado de heridos o enfermos. Es capaz de practicar curas de urgencia en ausencia del médico.
Algunos enfermeros de ambulancia son voluntarios pertenecientes a asociaciones de socorristas o benéficas como la Cruz Roja; otros son asalariados: funcionarios de los servicios públicos de sanidad, empleados de mutuas o empresas privadas, e incluso independientes en algunos lugares. Las ambulancias están preparadas para el transporte de heridos o enfermos, a cortas o largas distancias, por lo que han de ser revisadas cuidadosamente. El enfermero, y chófer a la vez, debe conducir con suavidad, dar confianza al o a los pasajeros, cuidar de que vayan cómodos y procurarles los cuidados indispensables. En los casos urgentes lleva el coche a gran velocidad, por lo que ha de ser un experto en el volante. Actualmente, los helicópteros de la policía de tráfico aseguran los transportes más urgentes, y en los modernos hospitales se construyen ya helipuertos adecuados.