Lucio Anneo Séneca nació cuatro años antes que Cristo, en la ciudad de Córdoba, cuando España formaba parte del Imperio Romano. Hijo de un escritor, se trasladó a Roma y vivió en la corte de los emperadores Calígula, Claudio y Nerón, siendo profesor de este ultimo durante su infancia.
Séneca fue el último gran representante de la escuela estoica, una corriente filosófica que se ocupaba fundamentalmente de la ética, es decir, de llegar, mediante la razón, a la distinción del bien y del mal en todos los actos humanos. Los estoicos pensaban que el medio mas seguro para alcanzar la felicidad interior era apartarse de las cosas de este mundo y renunciar a todos los placeres; de este modo, se conseguiría también evitar el dolor. El pensamiento de Séneca, sin embargo, difiere un tanto del mas puro estoicismo. Para el, la única función de la filosofía consiste en enseñar a vivir virtuosamente y, cuando le parece, acude a otras doctrinas, no estoicas, siempre que le ayuden a confirmar sus teorías sobre la orientación de la vida hacia el bien. Piensa también que, aunque la filosofía que enseña la resignación y el autodominio obliga a quien la practica a separarse de la gente y a ignorar sus pasiones, el filósofo debe, no obstante, socorrer a los demás, merced a la clemencia. Esta última noción, muy parecida a la de la caridad, ha provocado discusiones acerca del posible cristianismo del filósofo. En el año 65 de nuestra era, Séneca tuvo que suicidarse por orden de su antiguo alumno, el emperador Nerón. Lo hizo cortándose las venas y, según se cuenta, tuvo ante la muerte una actitud serena y resignada digna de un auténtico estoico.