A las puertas del continente asiático, entre el mar Negro y el Mediterráneo, siete siglos antes de Jesucristo, algunos colonos griegos fundaron Bizancio, ciudad que dominaba el estrecho del Bósforo y que se convirtió mas tarde en capital del imperio romano de Oriente.
Bizancio se conoce con tres nombres diferentes. Inicialmente fue Bizancio, capital del imperio romano de Oriente, rival de Roma; más tarde, Constantinopla, así bautizada en tiempos del emperador Constantino, que, a raíz de la decadencia romana, la convirtió en una capital cristiana. Y por último se llamo Estambul o Istambul, gran puerto musulmán que los turcos conquistaron en 1453 tras una sangrienta lucha. Por su situación, este puerto ha sido desde siempre gran centro comercial y de intercambio, donde se dan cita los productos de Oriente y de Occidente: tapices, joyas, sedas, piedras preciosas, pieles, especias, productos manufacturados, etc. Es una etapa obligada en la ruta Europa-Asia.