CIEN toneladas es el peso de una locomotora grande. Imaginemos una masa rocosa que tenga este enorme peso, colocada a la orilla del mar. Y bien: durante una marejada las olas consiguen moverla. Parece increíble. Pero debemos pensar que las olas del mar logran alcanzar una presión de 30.000 kg. sobre cada metro cuadrado de las rocas contra las cuales se abaten. Este tremendo golpe de ariete equivale a una presión de 3 atmósferas. Cuando no logra vencerla por la fuerza, el mar en su eterna lucha con la tierra firme, recurre a la erosión, que es un arma bastante mas tranquila, pero igualmente destructora. Naturalmente, requiere mucho tiempo, pero sus efectos son semejantes.
No debemos maravillarnos, pues, cuando comprobamos que el mar, con el paso de los siglos y de los milenios, realiza una gigantesca obra de transformación de la superficie terrestre con la que se pone en contacto. Una obra grandiosa y continua, que los estudiosos llaman "geodinámica" o "morfogenética".