La Fecundación Artificial es el método que se utiliza en algunas clínicas ginecológicas del mundo con el fin de lograr la fecundación y el embarazo subsiguiente cuando, por incapacidad física del esposo (especialmente impotencia), es imposible obtener la procreación por los medios usuales.
El material masculino obtenido, se instila lo mas pronto posible y sin dañarlo química ni mecánicamente, en la cavidad uterina de la mujer mediante un aparato que ocluye completamente el conducto cervical. Dicha inoculación se efectúa el decimocuarto día anterior al que se espera el periodo menstrual, momento más apropiado, pues, corresponde al fenómeno de la ovulación es decir, de la expulsión del óvulo maduro por parte del ovario. Como que los espermatozoides tienen un promedio de vida que oscila entre 18 y 72 horas, es posible que durante las mismas se efectúe la conjugación entre una célula sexual masculina y la femenina.
La fecundación artificial implica muchos problemas morales y legales, sobre todo si el médico a cargo de efectuarla no es lo suficientemente responsable. En la literatura médica existen varios casos de impostura en los que se ha substituido el material masculino procedente del esposo por otro extraído de personas desconocidas.
Los resultados obtenidos con la fecundación artificial son bastante satisfactorios, pues se logra el embarazo en un porcentaje alto de los casos.