Recientemente ocurrió un sismo de magnitud 8,3 que afectó a la península rusa de Kamchatka, el cual podría ser uno de los más profundos jamás registrados.
La extraordinaria magnitud del terremoto no es estraña en esta zona de subducción, donde las placas tectónicas del Pacífico se sumergen por debajo de la placa de América del Norte. La profundidad del terremoto (610 km) generó ondas de choque que llegaron hasta el Kremlin, a 6.400 kilómetros de distancia. Las ondas sísmicas llegaron incluso a cruzar zonas de los Estados Unidos.
Si bien aún no se ha confirmado, el sismo es casi similar a un evento que tuvo lugar en Bolivia en 1994, que tuvo una magnitud de 8.3 y se originó a una profundidad de 630 kilómetros.