Todo vehículo debe estar provisto de uno o varios dispositivos que reflejen hacia atrás una luz roja cuando son iluminados por los faros de otro vehículo. Antiguamente hubo que contentarse con simples reflectores, que resultaban harto insuficientes. Gracias a la invención del catadióptrico, realizada por el francés Henri Chrétien, se realizó un gran adelanto. Se trata de un dispositivo óptico ideado de manera que refleje, en la dirección de la que proceden, cualquiera que sea ésta, todos los rayos luminosos recibidos por él.
Los catadióptricos también son útiles en los mojones y en los postes de señalización de las carreteras. Bajo la luz de los faros, parecen iluminarse de verdad.