En Arizona existe una profunda excavación que recuerda el cráter de un volcán. En realidad, es la huella que dejó un enorme meteorito caído del cielo.
Sabemos que pueden caer del cielo diversas piedras, que los científicos denominan aerolitos o meteoritos. Lo que no es tan conocido es que caen alrededor de 6 toneladas diarias sobre la superficie del planeta. Sin embargo, aunque su número es considerable, su grosor no excede generalmente del de una cabeza de alfiler, en consecuencia, no presenta ningún peligro. En alguna ocasión una de estas piedras, más pesada que las otras, ha hecho explosión (por ejemplo, la de Laigle, Normandía, donde en abril de 1803 se encontraron más de 3 000 fragmentos, que pesaban desde 1 gramo hasta 10 kilogramos). ¿Y qué decir del meteoro de Arizona. que produjo un embudo de 1 200 metros de diámetro y 180 de profundidad?