¿Quién encabezó la corriente materialista de la Ilustración francesa?

   Denis Diderot, uno de los inspiradores de la Enciclopedia, junto con D'Alembert, nació en Langes (Champaña) en 1713. Se ganaba la vida traduciendo, catalogando y re­dactando discursos. En 1746, publicó su obra Pensa­mientos filosóficos, que fue que­mada por orden del Parlamento francés, y pocos años después sus Cartas sobre los ciegos le valieron el encarcelamiento. Cuando salió de prisión, comenzó a trabajar en una casa editora que preparaba un Dic­cionario Médico Universal. Fue en esa época cuando concibió la idea de crear una Enciclopedia. Su pro­yecto, que contaría con la colabora­ción de los grandes intelectuales franceses de su época, como Voltaire. Rousseau, Buffon, Montesquieu y, como coordinador, a D'Alembert, se plasmó, entre 1751 y 1765, en la gran Encyclopédie ou dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, de 17 volúmenes. La obra se publicó en edi­ción limitada, para suscriptores pu­dientes. Sin embargo, su gran con­tenido de crítica social pudo llegar al pueblo llano en forma de periódi­cos y folletos.

   El pensamiento filosófico del inspi­rador de la Enciclopedia, como en el caso de Voltaire, no está sistematizado y es necesario entresacarlo de sus obras. La influencia del empiris­mo inglés es, también en Diderot, considerable.

   Diderot tiene una concepción mate­rialista de la naturaleza, no tanto porque crea que lo inferior deba sobreponerse a lo superior, sino por un deseo de insistir en la comunión del hombre con el medio natural. Por otra parte, su concepción del Universo como un todo armónico y orgánico, le acerca a una especie de panteísmo. Diderot encabeza la es­cuela materialista de la Ilustración francesa y, por ello, el moderno ma­terialismo dialéctico ha tratado de actualizar su pensamiento. Tuvo numerosos seguidores, entre ellos George Cabanis, que llegó a afir­mar rotundamente que cuerpo y espíritu eran la misma cosa. Diderot cultivó la novela, el drama y la crítica. Entre sus obras más im­portantes se encuentran, aparte de las citadas. La Religiosa, Jacques el fatalista. Carta sobre los sordos y los mudos, etcétera. A pesar de su gran capacidad de trabajo y sus numerosas publica­ciones, Diderot nunca gozó de bienestar económico. En los últi­mos años de su vida, para aliviar su pobreza, la zarina rusa Catalina II adquirió su biblioteca que, no obs­tante, dejó en París a la custodia de Diderot, y a cambio de ello conce­dió a éste una pensión anual. Dide­rot murió en 1784.