En los primeros años de su vida, Johann Kepler (1571-1630) sufrió una enfermedad que lo dejó para siempre lastimado de la vista y de las manos. Quedó huérfano y sin recursos, pero tuvo energía y constancia suficientes para adquirir una instrucción superior y convertirse en el más notable astrónomo de su patria, Alemania, y uno de los más famosos del mundo entero.
Antes de Kepler, la astronomía era principalmente astrología, es decir, estudio fantástico de la influencia de los astros en la vida de los hombres. El mismo Kepler todavía fue, en gran parte de sus obras, un astrólogo. Pero, al mismo tiempo, logró descubrir grandes verdades científicas, como la posición central del Sol y la órbita elíptica de los planetas.
Kepler y otros grandes astrónomos, como Copérnico, Tycho Brahe y Galileo, legaron a las generaciones siguientes una visión más amplia y exacta del universo.