El delta del Ebro penetra unos 30 kilómetros en el Mediterráneo. Actualmente, debido a las presas construidas en el curso inferior del río, que retienen los aluviones que antes llegaban al mar, el delta no sólo ha dejado de extenderse, sino que en algunos puntos se reduce.
El Ebro, en su desembocadura, tras bañar Amposta, entra inmediatamente en una región de terrenos bajos y pantanosos y ensancha su cauce considerablemente, debido a lo poco profundo de sus aguas y a la calidad arenosa de las arcillas de la zona. Esta última es conocida con el nombre de "delta del Ebro" y se extiende desde el puerto de los Alfaques, en San Carlos de la Rápita, al puerto del Fangal o Fangar; es cruzado de oeste a este por el río, que se bifurca en la extremidad oriental para formar, entre ambos brazos, la isla de Buda. La parte del delta formada por la acumulación de materiales arrastrados por el río, se adentra unos 30 kilómetros en el mar y está compuesta por juncales, pantanos y albuferas con canales que la dividen en gran cantidad de islas. La amplia zona limítrofe es famosa por sus arrozales.