Algunas estrellas grandes pesan decenas de veces lo que nuestro Sol. Cuando llega al fin de su vida, una estrella como ésta, se convierte en una enorme supergigante roja. Enseguida se aplasta hacia adentro (implosiona) bajo la fuerza de su propia gravedad. Finalmente, hace erupción en forma de una gran explosión nuclear. La nebulosa del Cangrejo, que se muestra aquí, en la constelación de Tauro, es lo que queda de una estrella que explotó en forma de una supernova en 1054.