Los escluseros aseguran el paso de las gabarras que navegan por los canales y los ríos, abriendo o cerrando las compuertas de las esclusas que están a su cargo.
Los escluseros son, a la vez, los guardabarreras y los guardagujas de los transportes fluviales. Las esclusas se construyen allí donde la pendiente del canal, demasiado pronunciada, hace imposible la navegación. El nivel de agua es distinto a uno y otro lado de la esclusa. Una vez abiertas las puertas de una de ellas, entran una o varias gabarras en la primera cámara; a continuación, el esclusero cierra esas puertas y, mediante una serie de compuertas, va vaciando o llenando la cámara hasta que el nivel del agua corresponde al de la siguiente, en la que seguidamente entran las gabarras, hasta llegar a las puertas del otro extremo de la esclusa. En las vías fluviales de mucho tráfico, el funcionamiento de las esclusas requiere la presencia de numeroso personal.