La "Butte Montmartre", o loma de Montmartre, domina París y sus alrededores. Desde este punto culminante de la capital se perfila la blanca silueta de la basílica del Sacré-Coeur. Antiguo pueblecito pintoresco, Montmartre atrae a los turistas.
Con sus callejuelas tortuosas, sus escaleras, sus edificios de escasa altura y sus jardines y árboles, Montmartre conserva un clima antiguo y campesino que sorprende hallar en el corazón de una gran ciudad moderna. Este lugar pintoresco, hoy día protegido por la municipalidad, es el reducto de numerosos artistas, en especial pintores, que trabajan bajo los árboles de la plaza "du Tertre". La "Comune Libre de Montmartre" organiza en el barrio numerosos festejos, algunos de ellos benéficos, en los cuales jamás faltan los "poulbots", niños de Montmartre que tocan el tambor. Cada año se celebra la vendimia de las escasas cepas supervivientes de los viñedos que antaño recubrían la colina, jalonada de molinos de viento.