Marco Aurelio Antonino (121-180). Emperador romano, uno de los siete Antoninos, y filósofo estoico. Nació en Roma de una antigua e ilustre familia. El emperador Adriano ordenó a Antonino Pío que lo adoptara, y Marco Aurelio vivió en la casa imperial desde 138 como presunto heredero. En 161 fue emperador y reinó 19 años. Pasó la mayor parte de su reinado en campaña, contra los bretones y los partos, unas veces en Dacia y otras al norte del Danubio; cuando regresa de Siria y Egipto no lo dejan descansar las sublevaciones germánicas.
Recibió una excelente educación. Fue discípulo de varios filósofos, entre ellos Sexto de Queronea, sobrino de Plutarco. Desde temprano lo atrajo el estoicismo; a los 12 años ya había adoptado el vestido sencillo de los estoicos y sus austeras costumbres. Además de su correspondencia, escrita en latín, dejó, en griego, sus Meditaciones, cuyo verdadero título es A mí mismo. Las escribió en los 12 últimos años de su vida, en la soledad del campo, en los descansos que le dejaban las batallas. Su doctrina se deriva de Epicteto, cuyo Manual le era conocido.
Las Meditaciones de Marco Aurelio son un acto de fe hacia la razón y la bondad divinas. Nada existe en el mundo que no sirva al bien común. El que se cree perjudicado es sólo porque ignora el designio universal, al cual contribuye el sufrimiento humano. El mundo es una unidad y la relación de sus partes impone a los hombres la obligación de vivir los unos para los otros, como los miembros de un solo cuerpo. En ese pequeño libro de Marco Aurelio el estoicismo no tiene nada de dogmático, como suele tener en Epicteto; en la historia de las ideas representa el estado más alto a que llegó la conciencia moral en el helenismo, antes del misticismo platónico y fuera de las influencias cristianas.