Entre las antiguas fortificaciones de la ciudad de Toledo destaca la Puerta del Sol, una de las más bellas creaciones de la arquitectura mudejar. Fue edificada hacia 1310 por los hospitalarios y poseyó carácter defensivo: se trata de una alta y gruesa muralla rematada por almenas y torre semicircular con aspilleras. La abertura de la puerta de entrada forma dos líneas distintas superpuestas: un arco en forma de círculo casi completo y un arco apuntado de línea típicamente oriental. Una vieja leyenda asegura que Dios, tras haber creado el Sol, lo situó sobre la ciudad de Toledo. Con su orientación este-oeste, la Puerta del Sol es testigo invariable de la diaria aparición del astro rey y también de su ocaso.
La Puerta del Sol
Entre las antiguas fortificaciones de la ciudad de Toledo destaca la Puerta del Sol, una de las más bellas creaciones de la arquitectura mudejar. Fue edificada hacia 1310 por los hospitalarios y poseyó carácter defensivo: se trata de una alta y gruesa muralla rematada por almenas y torre semicircular con aspilleras. La abertura de la puerta de entrada forma dos líneas distintas superpuestas: un arco en forma de círculo casi completo y un arco apuntado de línea típicamente oriental. Una vieja leyenda asegura que Dios, tras haber creado el Sol, lo situó sobre la ciudad de Toledo. Con su orientación este-oeste, la Puerta del Sol es testigo invariable de la diaria aparición del astro rey y también de su ocaso.