Fue Felipe V quien, subyugado por los bellos parajes segovianos de la Granja -conocidos entonces por Balsaín-, quiso imitar en esa zona los jardines y palacios de Versalles. Las obras comenzaron bajo su dirección personal en 1721; fue Jubarra, autor de los planos del palacio real de Madrid, quien diseñó el palacio y los jardines. El real palacio de la Granja es un edificio monumental—la fachada mide 150 metros de longitud, 23 de altura en el centro y 13.50 en los laterales—, formado por un gran cuerpo rectangular, a cuya parte occidental está adosada la colegiata. Aunque, sin duda, lo más hermoso de la Granja son los jardines, que constituyen un enorme parque de 146 hectáreas. La belleza de sus fuentes, que forman caprichosos juegos de cascadas y surtidores, sitúa a estos jardines entre los primeros de Europa.
La Granja de San Ildefonso
Fue Felipe V quien, subyugado por los bellos parajes segovianos de la Granja -conocidos entonces por Balsaín-, quiso imitar en esa zona los jardines y palacios de Versalles. Las obras comenzaron bajo su dirección personal en 1721; fue Jubarra, autor de los planos del palacio real de Madrid, quien diseñó el palacio y los jardines. El real palacio de la Granja es un edificio monumental—la fachada mide 150 metros de longitud, 23 de altura en el centro y 13.50 en los laterales—, formado por un gran cuerpo rectangular, a cuya parte occidental está adosada la colegiata. Aunque, sin duda, lo más hermoso de la Granja son los jardines, que constituyen un enorme parque de 146 hectáreas. La belleza de sus fuentes, que forman caprichosos juegos de cascadas y surtidores, sitúa a estos jardines entre los primeros de Europa.