También conocida como cornamusa, la gaita no tiene su origen en los pueblos celtas como se cree, pues las primeras noticias de ella se remontan al siglo VIII a. C., en el norte de la India. Fue introducida en Occidente por los romanos, y se sabe que sus legiones marchaban con ellas además de que el emperador Nerón era un entusiasta de este instrumento. En la Edad Media se incorporó la gaita a los ejércitos para enardecer a las tropas. Hoy su uso se extiende desde Escocia e Irlanda hasta Medio Oriente y los Balcanes.