La primera aeronave, (una máquina voladora de cualquier clase) que dejó caer varias bombas a la vez, no fue un aeroplano sino un Zeppelin. Estas enormes naves aéreas alemanas, llenas de gas, bombardearon Londres y otras ciudades del sur de Inglaterra en la Primera Guerra Mundial. Después, ellos se convirtieron en blancos fáciles para los aviones de combate, por lo que fueron reemplazados por grandes bombarderos como el que se muestra abajo, el Gotha GV. Este volaba a 130 kilómetros por hora, con más de una tonelada de bombas.