El cerebro envía y recibe mensajes a través de los nervios del cuerpo, que son como una especie de red telefónica: reciben la información de los sentidos y la envían a la médula espinal (un nervio muy largo que está en el interior de la columna) para que de ahí llegue al cerebro. El cerebro guarda la información, la procesa y envía otros mensajes al cuerpo.