La residencia particular de Jacques Coeur es considerada una de las más elegantes y típicas construcciones civiles del gótico del siglo XV. Fue edificada en Bourges, capital de Francia durante la Guerra de los Cien Años, y costó cien mil escudos de oro (Jacques Coeur equilibró la economía del reino de Francia y, de paso, se enriqueció notablemente). Esta residencia, que se halla muy bien conservada y es muy visitada por los turistas, contiene preciosos adornos, esculturas de gran valor y una curiosa cámara acorazada destinada a guardar el tesoro de su propietario, cuyo lema era: "Para un espíritu emprendedor nada es imposible."
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