El más famoso médico de la antigüedad, después de Hipócrates, fue el sabio Claudio Galeno (130-200). Nació en la ciudad griega de Pérgamo, donde hizo sus primeros estudios de medicina. Continuó su educación en Esmirna, y además de poseer una notable capacidad para la medicina, demostró que podía llegar a ser un distinguido filósofo.
Después de estudiar y practicar en otras ciudades llegó a Roma hacia el año de 162, y se dio a conocer rápidamente por su sabiduría y su habilidad como médico, y por su elocuencia como expositor de doctrinas filosóficas. Sus éxitos provocaron admiración, pero en algunos casos fueron causa de envidias y rivalidades. Galeno tuvo que salir de Roma, pero volvió dos años después, y fue especialmente protegido por los emperadores Lucio Vero y Marco Aurelio.
Su fama se extendió por todo el mundo entonces conocido. Sus tareas profesionales como médico no le impidieron realizar una enorme obra filosófica. Se sabe que fue autor de cerca de 500 tratados sobre diversos temas, incluyendo lógica, ética y gramática, aunque actualmente solamente se reconocen como auténticos 83 de ellos. Todavía hoy se usa el nombre de "galeno" para designar comúnmente a los profesionales de la medicina.