En África, el Sahara, el desierto cálido más vasto del mundo, se extiende sobre un área de 4000 kilómetros de este a oeste, y de cerca de los 2000 de norte a sur. Sin embargo, en otros tiempos el Sahara no era un desierto.
Hace miles de años, el Sájara (como se pronuncia en España) era una zona de abundante vegetación, regada por numerosos ríos, cuyos valles, hoy secos, han conservado su forma original. Plantas, animales y hombres vivían en él con facilidad. Las pinturas rupestres descubiertas y las excavaciones han permitido reconstruir la historia de la vida en el Sahara. Alrededor de unos 8000 años atrás se sitúa el período de los cazadores que, armados de arcos y flechas, perseguían a los ciervos y a los bóvidos. Unos 3000 años más tarde, el período de los pastores y los agricultores. Y, finalmente, el período egipcio, durante el cual la civilización del antiguo Egipto debió de penetrar en el Sahara antes que este paraíso se convirtiera en un desierto.