En varias enfermedades la sensación del gusto puede estar alterada. En las lesiones de la boca como ciertas estomatitis, glositis, estados saburrales por enfermedades digestivas o infecciones agudas o crónicas, en los trastornos del hígado, en las sinusitis y adenoiditis, puede existir la abolición o disminución del sentido gustativo. También se presentan alteraciones del gusto durante el embarazo y en la pelagra, siendo en el primer caso un sintoma a veces precoz del estado de gravidez y caracterizándose en el segundo, sabor salado que notan las personas enfermas.
Ciertas lesiones de los nervios se manifiestan por desviaciones del sentido del gusto; asimismo sucede después de la ingestión de algunos medicamentos y comidas. Pero aparte de estas causas la disminución o abolición del sentido del gusto, las sensaciones gustativas anormales o el sabor repugnante, puede ser un signo prematuro de ciertas enfermedades del sistema nervioso central como la epilepsia y algunos tumores del cerebro y también de ciertas alteraciones emocionales como la neurosis.
Pero, especialmente en ciertas personas, los trastornos del sabor suelen ser un síntoma prematuro de depresión mental; en este caso, se queja el paciente de que la comida está insípida o de que tiene un gusto raro; encuentra las cosas demasiado dulces, demasiado sosas o excesivamente saladas, y entonces estas alteraciones del gusto sirven a menudo como justificación para alterar los hábitos de la comida; se observa frecuentemente que un paciente deprimido rechaza permanentemente un tipo de bebida o de comida que hasta entonces le satisfacía completamente. En este caso la persona afectada se queja de que nada sabe como antes y de que nada es capaz de sacarle la sensación de mal gusto que tiene en la boca; trata todos los enjuagues bucales existentes en el mercado sin que ninguno de ellos alivie su situación.