¿Qué es una refinería de petróleo? De la misma manera que el viticultor obtiene alcohol en su alambique a base de productos completos, como el vino, la sidra o el orujo, la refinería obtiene, a partir de las mezclas de hidrocarburos que somete a destilación, unos productos de características netamente definidas: propano y butano, gasolina, queroseno, gasoil, aceites de engrase y brea. Dada la multiplicidad de los productos que han de ser separados, se trata de un proceso de operaciones mucho más complicado que el que exige la obtención de alcohol por medio de un alambique.
Tratado en continuo, el petróleo bruto (crudo) es bombeado y circula por un serpentín situado en el interior de un horno. Una vez vaporizado, es enviado a las columnas de fraccionamiento, imponentes columnas que confieren a las refinerías su aspecto característico. Los vapores penetran por la parte baja de la columna y se elevan a través de los orificios de unos platillos llamados campanas. Los gases se van enfriando paulatinamente, y se condensan, cada uno según su temperatura de ebullición, en forma de destilado, en el fondo de las campanas. El exceso de destilado pasa al nivel inferior por medio de tubos. Los vapores de gasolina son recogidos en la parte alta de la columna, mientras que los vapores más pesados —petróleo purificado y gasoil— se condensan en puntos más bajos. La parte de crudo que no estaba vaporizada a la salida del serpentín del horno, se encuentra en el fondo de la columna: es el fuel-oil o mazut. Alrededor de una columna de platillos se ordenan los hornos, los cambiadores de temperatura y los recipientes donde se separan los productos. Todos estos elementos están conectados, por un sistema de tuberías, con bombas y compresores que aseguran la circulación de los fluidos. La refinería puede recibir al crudo directamente de los pozos o bien de los puertos petroleros, donde descargan los buques cisterna. Los envíos se efectúan por camiones cisterna, por vagones cisterna y, también, por pipe-lines.