El teletipo, también llamado teleimpresor, funciona por el principio del telégrafo. Permite enviar directamente los textos pulsados en un teclado mecanográfico, semejante al de una máquina de escribir, y que son reproducidos con caracteres de imprenta en el aparato receptor. En las oficinas de los grandes periódicos diarios, junto a las salas de redacción, los teletipos crepitan noche y día, alimentados continuamente, desde lejos, por las distintas agencias de prensa: EFE, Reuter, Tass, United Press, etc. Cargada con todas las noticias del mundo se va devanando una cinta sin fin que unas manos impacientes arrancan a cada instante. Los teletipos son utilizados, además, en muchos otros lugares: administraciones, bancos, bolsa, etc.
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