La Dra. Montessori fue ayudante de la clínica de siquiatría de la Universidad de Roma y trabajó luego en la educación de niños con deficiencias. Conocedora de las teorías didácticas de Juan Jacobo Rousseau y de Froebel, elaboró las que después puso en práctica en su Casa de los Niños. Las fundamentó en la autoeducación que, según ella, es la única educación posible y verdadera. El párvulo obtiene la experiencia para esa autoeducación por medio del juego, que es su natural actividad. Las maestras lo vigilan, lo dirigen y le ofrecen múltiples ocasiones de juegos educativos. Inventó la Dra. Montessori numerosas series de éstos, especialmente para el adiestramiento de los sentidos: cuerpos sólidos de diversos tamaños y formas; madejas de seda y lana de color para educar la percepción visual del espacio y el color; marchas y ejercicios rítmicos para practicar su sentido del ritmo, etc.
Sus teorías pedagógicas y el material didáctico para ponerlas en práctica alcanzaron auge considerable entre la 3a. y 5a. décadas del siglo XX. Se organizaron en todo el mundo múltiples "escuelas Montessori".
Hoy existe la tendencia: (1) a combinar las teorías de Froebel con las de la Dra. Montessori en los centros parvularios, escuelas de párvulos, escuelas maternales, jardines infantiles o Kindergarten y, (2) a extender sus métodos a los primeros años de la escuela primaria, despojando a éstos de su extrema sistematización y ofreciendo al niño, en una atmósfera de libertad disciplinada, mayores ocasiones para la autoeducación.