Si bien el primero de los aparatos fotográficos se llamó daguerrotipo, y daguerrotipia el procedimiento por el que la fotografía comenzó a funcionar y a divulgarse, sería injusto decir que el inventor del método por el que se fijaban las imágenes en la cámara oscura fue sólo Jacques Daguerre. Lo que hizo este inventor francés fue perfeccionar el invento de otro paisano suyo, Joseph Nicéphore Niepce, quien en el año 1824 había preparado un método mediante el cual se lograron las primeras fotografías.
Niepce, ex militar y litógrafo, conocía la reacción de las sales de plata, las cuales se ennegrecen ante la luz. Basándose en ello, recomendaba el método siguiente, según consta entre los papeles de su archivo: Una placa de cobre, bañada en plata y bien pulida, se barniza con asfalto disuelto en aceite de espliego. Hecho esto, se expone la placa dentro de la cámara oscura. Después de impresionada, se sumerge la placa en aceite de espliego mezclado con petróleo para que disuelva el nitrato de plata sobrante. Al lavar la placa con agua tibia se observará que aparece una imagen totalmente definida. Siguiendo estrictamente ese proceso, Niepce consiguió la primera fotografía conocida, si bien él llamó a este método heliografía. Pero el sistema de Niepce requería largas exposiciones a la luz (tardó catorce horas en obtener su primera heliografía) y no quiso hacer público su hallazgo hasta perfeccionarlo, reduciendo el tiempo de exposición. Fue entonces cuando se asoció con Jacques Daguerre.
Pero Niepce no pudo ver resueltos sus problemas. El mismo año, 1833, Niepce moría y Daguerre conseguía perfeccionar su invento. Lo que hizo Daguerre fue someter las placas de plata o de cobre plateado a la acción de vapores de yodo, con lo que se formaba una capa sensible de yoduro de plata. Luego exponía la placa durante unos cinco minutos en una cámara oscura, y la revelaba tratándola con vapores de mercurio, que se condensan preferentemente en las zonas de la placa correspondientes a las partes más iluminadas del objeto fotografiado; como fijador, Daguerre utilizaba hiposulfito sódico. Cuando Daguerre comprobó que empleando bromo, conjuntamente con el yodo, para sensibilizar las placas, el tiempo de exposición podía reducirse hasta unos pocos segundos, pudo decirse que el proyecto de Niepce había alcanzado su perfeccionamiento. El descubrimiento fue comunicado en 1839 a la Academia de Ciencias y cedido al Estado francés a cambio de una pensión vitalicia para Daguerre y los hijos de Niepce. No pasó mucho tiempo antes de que París se poblase de fotógrafos cargados con sus daguerrotipos montados sobre trípodes.