Esta gran máquina administrativa, que venía a regular todos los aspectos de la vida material del país, funcionaba fundamentalmente gracias a la labor de los escribas. En realidad, la administración era un ejército de escribas, y hasta los más altos cargos habían tenido que ejercer de tales los primeros años. Los escribas eran de extracción popular y sólo quienes se querían preparar para serlo recibían educación en Egipto, aparte de la familia real y la aristocracia cortesana. La cultura estaba prácticamente en manos de los sacerdotes y de los escribas, ya que el resto del pueblo recibía su educación por tradición familiar. En el Museo del Louvre de París se conserva una estatua de caliza policromada, de 53 cm. de altura, que data de los tiempos de la V dinastía (entre los años 2480 y 2340 antes de Cristo) y que representa la figura de un escriba sentado, con las piernas cruzadas, sobre las que apoya sus papiros. Está en actitud de escucha, como presto a tomar nota, destacando la vivacidad de sus ojos (hechos de pasta vítrea) y el naturalismo de su actitud, que contrasta con el hermetismo y rigidez de otras esculturas de dinastías anteriores. Hay quien afirma que se trata del retrato del príncipe Kai. pero es más que dudoso que tan alto personaje fuera retratado con tanta sencillez; es mucho más probable que sea lo que aparenta ser: un anónimo funcionario, un escriba sentado que, por razones desconocidas para nosotros, mereció el honor de pasar a la posteridad y dejar así patente la importancia de su oficio en la sociedad en que vivió.
¿Quién era el Escriba Sentado?
Esta gran máquina administrativa, que venía a regular todos los aspectos de la vida material del país, funcionaba fundamentalmente gracias a la labor de los escribas. En realidad, la administración era un ejército de escribas, y hasta los más altos cargos habían tenido que ejercer de tales los primeros años. Los escribas eran de extracción popular y sólo quienes se querían preparar para serlo recibían educación en Egipto, aparte de la familia real y la aristocracia cortesana. La cultura estaba prácticamente en manos de los sacerdotes y de los escribas, ya que el resto del pueblo recibía su educación por tradición familiar. En el Museo del Louvre de París se conserva una estatua de caliza policromada, de 53 cm. de altura, que data de los tiempos de la V dinastía (entre los años 2480 y 2340 antes de Cristo) y que representa la figura de un escriba sentado, con las piernas cruzadas, sobre las que apoya sus papiros. Está en actitud de escucha, como presto a tomar nota, destacando la vivacidad de sus ojos (hechos de pasta vítrea) y el naturalismo de su actitud, que contrasta con el hermetismo y rigidez de otras esculturas de dinastías anteriores. Hay quien afirma que se trata del retrato del príncipe Kai. pero es más que dudoso que tan alto personaje fuera retratado con tanta sencillez; es mucho más probable que sea lo que aparenta ser: un anónimo funcionario, un escriba sentado que, por razones desconocidas para nosotros, mereció el honor de pasar a la posteridad y dejar así patente la importancia de su oficio en la sociedad en que vivió.