Pero actualmente las selvas tropicales están siendo destruidas tan rápidamente que no quedará nada de ellas en 50 años. Los árboles se talan para la industria maderera, la minería y para hacer espacio para la agricultura. Esto significa que sus habitantes pierden sus viviendas y muchas plantas y animales están en peligro de extinción.
La quema masiva de árboles también ha tenido un efecto perjudicial ya que la combustión hace que aumente la cantidad de anhídrido carbónico en el aire. Esto puede calentar el planeta debido a que impide que el calor escape hacia el espacio. Si la temperatura de la Tierra aumenta sólo unos grados, el hielo de los polos puede derretirse y el nivel de los océanos aumentaría. Ciudades costeras como Buenos Aires, Nueva York, Londres o Sidney quedarían inundadas.