¿Por qué cultivar en invernadero?


   Los grandes viajeros que, a partir de los siglos XV y XVI, comen­zaron a explorar el mundo, estuvieron tentados a llevar a Europa las plantas de los países tropicales, que les parecieron asombro­sas. Sin embargo, parecía imposible cultivarlas en Europa, don­de el invierno es frío.
   Los italianos fueron los primeros en idear cultivos en casas de vidrio, que permitían mantener el calor para las plantas, dándo­les luz simultáneamente. No fue posible, hasta que la industria del vidrio estuvo suficientemente desarrollada, obtener este ma­terial a un precio relativamente bajo. Es así que en Versalles, desde finales del siglo XVII, en la huerta del palacio construye­ron los primeros invernaderos con pinas, higos, y toda clase de vegetales exóticos.
   Por consiguiente, los invernaderos fueron utilizados sobre todo para conservar las colecciones de plantas que no toleraban el clima europeo; pero recientemente se observa que se instalan grandes superficies de invernaderos destinados a la producción de leguminosas; es sorprendente la utilización de medios tan costosos para producir frutas o legumbres de consumo común, cuyo precio debe permanecer bajo. Esto se debe a que el mante­nimiento de un invernadero no cuesta mucho más que el trans­porte, sobre todo si se toma en cuenta el hecho de que estas plantas, al estar protegidas de las variaciones del clima, tienen su producción asegurada bajo cualquier circunstancia.