Algunas montañas se forman por erupciones volcánicas, pero la mayoría son el resultado de los movimientos de la corteza terrestre. Las placas que la conforman se separan o chocan entre sí constantemente. El desplazamiento de la corteza genera dos procesos de formación de montañas.
Las montañas de plegamiento se forman cuando dos capas presionan y la corteza entre ellas se arruga como si fuera de papel. El Himalaya, donde se hallan las montañas más altas del mundo, se formó así hace cerca de 45 millones de años. La placa de la India chocó contra la de Eurasia y plegó el suelo marino entre ellas. Aún se pueden encontrar fósiles de conchas marinas en sus cumbres.
En el segundo proceso, las montañas se forman cuando un inmenso bloque de roca es empujado hacia arriba entre dos hendiduras (fallas) de la corteza terrestre. Las cimas de estas montañas son más planas. Un buen ejemplo es la cordillera Sierra Nevada, en EE.UU.