Macabeos era el nombre de los miembros de una heroica familia que en el siglo II a. de J.C. personificaron la reacción religiosa y nacional del judaismo auténtico contra los intentos de helenización de Palestina por parte de los reyes selyúcidas de Siria. Las luchas de los Macabeos se narran en dos libros del Antiguo Testamento que llevan sus nombres. El origen de la insurrección fue la persecución religiosa movida por Antioco IV Epifanes, quien quería obligar a los judíos a dejar la observancia de la ley mosaica y practicar el culto pagano.
El primero en levantarse fue el sacerdote Matatías, padre de Juan, Simón, Judas, Eleazar y Jonatás. Huyó con sus hijos a los montes, reunió un ejército de adictos a la citada ley y con él persiguió a los prevaricadores. A su muerte "todo Israel hizo por él gran duelo" (I Mac. II, 70). Lo sucedió Judas, el "Macabeo" por antonomasia. Sostuvo éste luchas mayores que las de su padre y triunfó gloriosamente sobre los ejércitos poderosos de Antioco Epifanes. Purificó el Templo profanado y restableció el culto de Jehová. Hizo alianza con Roma, derrotó a Nicanor, enviado por Demetrio I, y murió al fin valerosamente combatiendo con Báquides, general, asimismo, de Demetrio.
Tomó el mando Jonatás, afortunado en la guerra y hábil en la política. Se defendió de Báquides y obtuvo garantías de él. Se aprovechó de las rivalidades de reyes y pretendientes al trono de Siria y así pudo lograr apreciables ventajas. Reafirmó la alianza con Roma y Esparta. Trifón, que aspiraba a reinar, lo apresó dolosamente y más tarde le hizo dar muerte.
Pero Jonatás halló continuador en su hermano Simón, que consolidó la libertad nacional. Pactó con Demetrio II, que concedió la remisión de tributos, y llegó a obtener una verdadera independencia. Antioco VII, que antes le había mostrado favor, ordenó al general Cendebeo que lo sojuzgara, pero Simón envió contra él a sus hijos Juan Hircano y Judas, y el peligro fue conjurado. Es gloria suya haber dado a su pueblo paz y prosperidad. Lo mismo que Jonatás, ejerció, junto con su función de caudillo, el sumo pontificado. Su vida terminó tristemente: su yerno Tolomeo, gobernador del distrito de Jericó le dio muerte a traición en un banquete, con sus hijos Matatías y Judas.. Eleazar, su hermano, murió en un combate de Judas contra Lisia, oprimido por un elefante, creyendo que iba Antioco V sobre él. Juan perdió la vida en una incursión de moabitas. Durante el periodo de los asmoneos, descendientes de la gloriosa familia, sobrevino la decadencia de los israelitas, que al fin condujo al dominio extranjero.