Es un modernista influenciado por el simbolismo. Sensual hasta el erotismo, amante de la vida bohemia, penetrado de espíritu andaluz, predomina en él la copla en un arte frivolo y donairoso penetrado de ancho sabor popular. Encuentra en la historia algunos de sus temas poéticos; sus sonetos "Felipe IV", "Un hidalgo", "Carlos V", evocan motivos históricos con sensible belleza plástica.
En la labor teatral de los Machado, toda en verso—a excepción de alguna obra como La duquesa de Benamejí, donde se mezclan el verso y la prosa—se nota la falta de dominio de la escena y de sus medios expresivos por parte de los autores. Ese teatro ha tenido influencia, sin embargo, al estimular el cultivo de la poesía dramática por parte de otros poetas, como García Lorca, que supieron devolver al género toda su grandeza pasada.