Leopoldo Lugones fue gran un poeta argentino nacido en en Río Seco, en la prov. de Córdoba. Ocupó diversos puestos públicos: funcionario de correos y telégrafos, director de la Biblioteca del Consejo de Educación y representante argentino en el comité de cooperación intelectual de la Sociedad de Naciones. Lugones viajó por Europa y se sintió muy vinculado a Francia, lo mismo que a los E.U.A. En política evolucionó del socialismo al nacionalismo más intransigente. Leopoldo Lugones murió quitándose la vida en un hotel, cerca de Buenos Aires.
Su personalidad es múltiple y, como poeta, según muchas opiniones, es una de las figuras más sobresalientes de toda la América Hispana en la época contemporánea. Su espíritu, de una gran inquietud emotiva, lo llevó a experimentar cada vez formas poéticas distintas para dar expresión a su afán de renovación.
El primer libro de Lugones, Las Montañas de Oro (1897), fue saludado con entusiasmo por Rubén Darío, que encontraba en su prosa rítmica una inspiración pagana y un fondo exótico. Los Crepúsculos del Jardín (1905) son una colección de sonetos de gran plasticidad verbal, de tendencia gongorística y de refinamiento decadente. La crítica creyó en un principio ver en estos sonetos una imitación de Julio Herrera y Reissig, pero hoy está probado que los dos escritores publicaron su obra independientemente. En Lunario Sentimental (1909) Lugones se manifiesta irónico y extravagante y revela la influencia del francés Julio Laforgue. En Odas Seculares (1910) muestra su sentido americanista y argentino, dentro de una clásica serenidad. Siguió a la obra anterior El Libro Fiel (1912). Su tendencia americanista se acentúa en El Libro de los Paisajes (1917) y en su famoso Romancero (1924). Estos libros rematan con los Poemas Solariegos (1928) que, a través de su sencillez vernácula, despliegan el lirismo refinado del poeta de herencia modernista.
Lugones se destaca no solamente como poeta, sino también como prosista de gran vigor y aliento. En el Payador se revela como crítico literario. En El Imperio Jesuítico hace crítica social; en La Historia de Sarmiento muestra sus aficiones por el género biográfico, y en La Guerra Gaucha, de fondo histórico, presenta una serie de cuadros épicos en una prosa de extraordinario vigor y riqueza.
Las preocupaciones intelectuales y espirituales de Leopoldo Lugones rebasaban lo simplemente literario: estudiaba sin cesar otros campos del saber, como la filosofía, la historia, las ciencias naturales y las matemáticas. Dentro de esta última disciplina publicó El Tamaño del Espacio (1921), en el cual profundiza filosóficamente sobre la teoría de la relatividad. Colaboró extensamente en el diario La Nación y se ocupó de la poesía griega en sus Estudios Helénicos.