Si saltas del bungee desde un puente o estás dentro de un avión en picada, sentirás como tu peso se reduce a cero. Los astronautas experimentan la misma evidente sensación de ingravidez durante las misiones espaciales, donde es a la vez una fuente de placer y malestar. El término "gravedad cero" se aplica en ocasiones a este estado. Sin embargo, al igual que el término "ingravidez", es algo engañoso. La gravedad todavía está presente ya que si no fuera así nada mantendría la nave espacial en órbita. Y aunque los astronautas no sientan su propio peso en el espacio, aún siguen siendo atraídos por el campo gravitatorio de la Tierra. Lo que causa la sensación de ingravidez es el hecho de que tanto astronautas como las naves espaciales están cayendo hacia la Tierra.
En estas condiciones, no puedes caminar, sino que flotas de un lugar a otro. Las cosas están a la deriva y los cuerpos pesados se pueden levantar fácilmente. Los astronautas pueden experimentar náuseas temporales, molestia conocida como la enfermedad del espacio; pero más grave es la pérdida de tono muscular y la fortaleza de los huesos, y una disminución de los glóbulos blancos en la sangre que combaten las enfermedades. Para hacer frente a estos efectos, los astronautas deben realizar ejercicios rutinariamente durante los vuelos espaciales de larga duración.