En meteorología, el halo es un círculo luminoso que se observa a veces rodeando el Sol o la Luna. A menudo, se ven dos, o, incluso tres círculos. Los halos con frecuencia muestran los colores del prisma. En otros casos aparecen simplemente como luz blanca. Los halos son causados por los rayos de luz que se refractan al atravesar los cristales de hielo, gotas de lluvia o las diminutas partículas de humedad que forman las nubes. Para entender el fenómeno completo se debe entender los cambios que la luz experimenta cuando entra en contacto con un nuevo medio.
En sentido religioso, el halo o aureola, como también se le llama, ha sido utilizado en el arte por los artistas antiguos y modernos rodeando las cabezas de ciertos personajes para denotar santidad. Los poetas antiguos hablaban de las deidades, como seres coronados con halos de luz cuando se le aparecían a un mortal. En el arte cristiano un halo circular, pero a veces con forma de rayos formando una cruz, se colocaba en la cabeza de Cristo y de la Virgen María, y con frecuencia sobre las cabezas de los santos y mártires.