Los astrónomos han estado durante mucho tiempo interesados en la cuestión de cómo el universo fue creado. Las dos teorías modernas más populares han sido la teoría del Big Bang y la teoría del estado estacionario. La teoría del Big Bang, ahora la teoría más aceptada sobre la creación del universo, fue elaborada por primera vez por el astrónomo y sacerdote jesuita Georges Henri Lemaître a finales de 1920. Lemaitre sugirió que hace unos quince o veinte mil millones de años, el universo surgió a la existencia con una gran explosión. Casi de forma inmediata, llegó a existir la gravedad, seguida de los átomos, estrellas y galaxias. El sistema solar se formó hace unos cuatro mil quinientos millones de años a partir de una nube de polvo y gas.
La teoría del estado estacionario, en cambio, afirma que toda la materia en el universo ha sido creada de forma continua, un poco a la vez, a una velocidad constante, desde el principio de los tiempos. Esta teoría también dice que el universo posee la misma estructura en todas partes, y que ha existido siempre. En otras palabras, el universo es infinito, inmutable, y durará para siempre. Esta teoría, elaborada por primera vez por Thomas Gold y Hermann Bondi en 1948, fue desacreditada en gran medida en 1963 con el descubrimiento de los quásares, objetos brillantes muy distantes, parecidos a estrellas. En la teoría del estado estacionario estos cuerpos superluminosos deberían estar distribuidos uniformemente por todo el universo, pero los quásares sólo existen en lugares bastante lejanos de la Tierra. Descubrimientos recientes apuntan a cambios en el universo que se han producido a lo largo del tiempo y que validan la teoría del Big Bang.