El gusto por saborear el té y los procedimientos para hacerlo varían en todo el mundo. A los chinos y a los japoneses, les agradan más los tés sin fermentar, que producen una bebida de color amarillento.
Ceremonia del té en Japón |
Los británicos son, de todos los europeos, los más aficionados al té; le agregan generalmente leche y azúcar. En Inglaterra, todo el mundo dedica un rato al día a tomar una taza de té. En cierta época, los americanos prefirieron el té verde, pero actualmente, las clases fermentadas son las que más se consumen.
Los rusos rara vez usan leche o azúcar con el té, pero acostumbran ponerle una rebanada de limón o alguna especia. En Suiza, frecuentemente, se mezcla con canela, y en los países del África del Norte, el té con menta es la bebida favorita de los árabes. En el Turkestán, el fermentado se hierve hasta que queda casi negro, y luego, se le agrega crema.
La especie de té más cultivada es Thea sinensis, de la familia de las teáceas, y sus principales variedades son bohea y viridis.