Hay literalmente miles de "satélites" artificiales en el espacio. La Red de Vigilancia Espacial cerca de Colorado Springs, Colorado, controla el paradero de más de 7.000 objetos artificiales. Unos cientos de estos objetos son satélites trabajando y naves espaciales, pero miles más son fragmentos de cohetes, trozos de paneles solares, tornillos y herramientas de las misiones espaciales anteriores, y varios miles de satélites inactivos. Esta basura espacial se está convirtiendo en un creciente problema de seguridad. Una simple mancha de pintura en movimiento a velocidades de 17.000 millas por hora (27.000 km/h) tiene la energía para astillar una ventana de un transbordador espacial o perforar la piel de un satélite. No es difícil imaginar, entonces, lo perjudicial y peligroso que podría resultar si un tornillo errante o un gran trozo de metal llegara a chocar a esa velocidad.
Después de unos meses los objetos en la baja órbita terrestre hacen su reentrada a la atmósfera desintegrándose en el proceso. Los objetos a mayor altitud pueden permanecer en órbita durante siglos. Cada pieza de basura tiene que dársele un diligente seguimiento para evitar daños a las naves espaciales.