El islam fue fundado por el profeta Mahoma en Oriente Próximo en el siglo VII, y en tan sólo 400 años logró una enorme expansión. Los gobernantes islámicos, llamados califas, contaban con poderosos ejércitos y conquistaron un territorio que se extendía desde Asia Central hasta el norte de África y España. Los seguidores del islam, los musulmanes, creen en un solo Dios, Alá.
La Meca, situada en la Arabia Saudí actual, es la ciudad más sagrada del islam. Allí nació el profeta Mahoma en el año 570. Cada año millones de musulmanes emprenden un peregrinaje sagrado a La Meca llamado hayy. Todo musulmán debe visitar La Meca al menos una vez en la vida.
Los musulmanes rezan en unos edificios sagrados que reciben el nombre de mezquitas. Allí
estudian también el libro sagrado del islam, el Corán. Como el islam está presente en todo el mundo, hay muchos tipos de mezquitas, pero la mayoría tienen un patio rodeado de cuatro paredes. En muchas de ellas hay una torre llamada minarete desde donde el muecín llama a los fieles a la oración.
¿Cómo era el arte musulmán?
Como el islam prohibe la representación de personas y animales, el arte musulmán desarrolló un estilo propio. Los edificios, la cerámica y las alfombras se decoraban con dibujos de flores y hojas, diseños geométricos o una caligrafía (escritura) muy elaborada. Los textos solían ser citas del Corán. Los libros se decoraban de la misma forma.