Antes de que el Gran Colisionador de Hadrones se pusiera en marcha en 2008, cerca de Ginebra, Suiza, algunos científicos predijeron que algunas de sus colisiones de protones de alta energía tendrían el potencial de producir microscópicos agujeros negros. Debido a la preocupación por las ramificaciones de tales microagujeros negros, dos hombres presentaron una demanda en Hawai afirmando que las medidas de seguridad en las instalaciones se habían abordado de manera inadecuada.
Pero incluso si un microagujero negro hubiera sido creado — un escenario que el físico Wesley Smith, de la Universidad de Wisconsin-Madison, llama improbable — serían demasiado débiles como para causar ningún problema y se desvanecerían casi de inmediato.
"Cuando se intenta aplastar un mosquito con las dos manos, se crea más energía en ese momento que en una colisión en nuestras instalaciones", dice Smith, quien está involucrado en los experimentos.
Puesto que la atracción gravitacional de un agujero negro está relacionada con su energía, estos pequeños objetos hipotéticos tendrían muy poca energía para arrastrar cualquier cosa hacia ellos.
Además, dice, colisiones similares de partículas están ocurriendo todo el tiempo en la naturaleza, como sucede con los rayos cósmicos de alta energía que bombardean continuamente la Tierra y su atmósfera. "Si se crearan agujeros negros que fueran peligrosos para la Tierra, no estaríamos aquí".
No hay evidencia científica que de motivo a alguna preocupación. "Ninguna de las personas que entienden de física están realmente preocupadas y encuentran todo esto más bien divertido." Añade Smith.